A Juan Marsé
Definitivamente
sembra confermato che il prossimo
inverno sarà duro.
Son cominciate in anticipo
le piogge, e il Governo
riunito in Consiglio dei ministri,
non si sa se a quest'ora esamina
il sussidio di disoccupazione
o il diritto a licenziare,
o soltanto si limita ad attendere,
isolato in un oceano, che l'uragano passi
e arrivi il giorno, il giorno, infine, che
le cose non vadano più male.
Nella sera d'ottobre,
mentre sfoglio il giornale,
mi son fermato ad ascoltare il respiro
del silenzio nella mia stanza, le conversazioni
dei vicini che vanno a coricarsi,
tutti quei rumori
che repentinamente riacquistano una vita
ed un significato proprio, misterioso.
E ho pensato alle migliaia di esseri umani,
uomini e donne che in questo stesso istante,
con il primo brivido,
tornano a chiedersi il perché dei loro crucci,
della fatica precoce,
dell'ansietà per quest'inverno,
mentre fuori piove.
Su tutto il litorale di Catalogna piove
con vera crudeltà, con fumo e nuvole basse,
annerendo i muri,
gocciolando fabbriche, filtrando
nei capannoni male illuminati.
E l'acqua trascina verso il mare semi
appena germogliati, mischiati al fango,
alberi, scarpe spaiate, utensili
abbandonati e tutto alla rinfusa
insieme alle prime cambiali in protesto.
---ooOoo---
Definitivamente
parece confirmarse que este invierno
que viene, será duro.
Adelantaron
las lluvias, y el Gobierno,
reunido en consejo de ministros,
no se sabe si estudia a estas horas
el subsidio de paro
o el derecho al despido,
o si sencillamente, aislado en un océano,
se limita a esperar que la tormenta pase
y llegue el dia, el día en que,
por fin,
las cosas dejen de venir mal dadas.
En la noche de octubre,
mientras leo entre líneas el
periódico,
me he parado a escuchar el latido
del silencio en mi cuarto, las conversaciones
de los vecinos acostándose,
todos esos rumores
que recobran de pronto una vida
y un significado propio, misterioso.
Y he pensado en los miles de seres humanos,
hombres y mujeres que en este mismo instante,
con el primer escalofrío,
han vuelto a preguntarse por sus preocupaciones,
por su fatiga anticipada,
por su ansiedad para este invierno,
mientras que afuera llueve.
Por todo el litoral de Cataluña
llueve
con verdadera crueldad, con humo y nubes bajas,
ennegreciendo muros,
goteando fábricas, filtrándose
en los talleres mal iluminados.
Y el agua arrastra hacia la mar semillas
incipientes, mezcladas en el barro,
árboles, zapatos cojos,
utensilios
abandonados y revuelto todo
con las primeras Letras protestadas.
Da Las personas del
verbo
(traduzione di Giovanna Calabrò)
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